Usted no querrá llegar al cielo y descubrir que perdió bendiciones porque no se dedicó totalmente a Dios.
Daniel 1.1-21
Daniel y sus amigos enfrentaron el mismo dilema que nosotros: cómo vivir una vida de santidad en un mundo sin Dios. Hubo un tiempo en que nuestra sociedad aceptaba fácilmente los valores y las normas cristianas, pero esa época está pasando con rapidez. Nuestro desafío hoy es vivir bajo la autoridad de Dios, a pesar de que estamos sometidos a la ley del país. A veces, somos forzados a elegir entre las dos, pero debemos buscar la guía del Señor antes de seguir adelante, Él puede darnos una alternativa. Si Daniel hubiera dicho arrogantemente: “¡No comeré esta comida!”, no habría durado mucho tiempo y no tendríamos el libro de Daniel en la Biblia. Pero el Señor le dio la sabiduría para pedir humildemente permiso a la persona que estaba en una posición de autoridad sobre él. Dios honró su compromiso y le dio la forma de vivir virtuosamente en un mundo pagano.
Tenemos la tendencia a ver a Daniel y a sus tres amigos como personas extraordinarias que tuvieron vidas increíbles. Pero, ¿se ha preguntado alguna vez qué podría hacer el Señor en la vida de una persona común y corriente como usted? El factor determinante no es la grandeza de la persona sino, más bien, su compromiso con Dios, quien puede hacer cosas extraordinarias con una vida totalmente dedicada a Él. Esta es la clase de persona que el Señor está buscando.
Aunque no sabemos todo lo que Dios puede hacer en nuestra vida si nos consagramos radicalmente a Él, el pensamiento de desaprovechar sus planes debe motivarnos lo suficiente para obedecer. Usted no querrá llegar al cielo y descubrir que perdió bendiciones porque no se dedicó totalmente a Dios.
Devocional original de Ministerios En Contacto