Si alguien le preguntara quién es el Espíritu Santo, ¿diría que es un fantasma, un poder o una persona?
1 Corintios 2.6-16
Si alguien le preguntara quién es el Espíritu Santo, ¿diría que es un fantasma, un poder o una persona? La Biblia ofrece muchos detalles acerca de Él, que apuntan a su condición de persona, pero muchos no piensan en el Espíritu Santo como alguien que podamos conocer. Tal vez hemos recibido una enseñanza incompleta acerca de Él. Quizás, cuando leíamos acerca de su poder, asumimos que Él era solo una fuerza. Podría, incluso, ser que nos hayamos enfocado en el Padre o el Hijo, excluyendo al Espíritu Santo. Pero la condición de persona del Espíritu de Dios está revelada de manera clara por las descripciones bíblicas que dio:
Actúa como una persona que vive, enseña, testifica, condena, guía y habla.
Tiene personalidad, como lo demuestran su voluntad, pensamientos y conocimiento.
Es llamado por muchos nombres, incluyendo Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo y Espíritu de santidad, los cuales describen su naturaleza divina.
Se le puede tratar como a una persona, se le puede intentar mentir, resistir, obedecer e invocar.
Creer algo menos de lo que la Biblia enseñan acerca del Espíritu Santo, le roba su gloria y disminuye nuestro entendimiento de la Trinidad. Además, una percepción errónea del Espíritu obstaculiza nuestra vida espiritual, porque no reconocemos la magnitud de su poder transformador, que nos permite triunfar sobre el pecado y obedecer a Dios. Pídale al Espíritu que le aclare las Sagradas Escrituras para que pueda conocerlo en toda su plenitud. Él es quien le ayuda a encontrar en Cristo una vida de gozo, llena de paz, sabia, juiciosa y de obediencia.
Devocional original de Ministerios En Contacto