Donde los evangelistas no pueden llevar la buena nueva, el Señor se está manifestando a aquellos cuyos corazones están abiertos.

Romanos 1.16-25

En muchos países, el evangelio no puede ser compartido con libertad. Gobiernos represivos impiden que los cristianos hablen a otros de Cristo. Pero Dios es más poderoso que la opresión. Donde los evangelistas no pueden llevar la buena nueva, el Señor se está manifestando a aquellos cuyos corazones están abiertos. Dios quiere que todos lleguen al conocimiento salvador de Cristo (1 Ti 2.4). Pero debido a que es santo y justo, no puede pasar por alto la condición pecaminosa del hombre, lo cual hace a todos culpables y sin excusa (Ro 1.18-20). Es decir, no aceptará en el cielo a personas que no hayan reconocido su necesidad de un Salvador (3.20-23). No obstante, nuestro Padre también es justo y misericordioso. Da a conocer su presencia a todas las personas, para que cada una lo pueda reconocer como Dios soberano.

El Señor hace esto revelándose a toda la humanidad de dos maneras: a través de la conciencia y de la creación. Primero, Él ha plantado sus pautas morales en la conciencia humana (1.19). Dicho de otra manera, en algún momento de la vida las personas tienen un sentido innato de que ciertas acciones son correctas y otras no. Segundo, el Creador demuestra su poder y su naturaleza divina por medio de lo que ha hecho (v. 20). La complejidad, la variedad, el orden y la belleza del mundo apuntan a un Diseñador. No podemos identificar cada método que el Señor usa para revelarse a las personas. Pero podemos estar seguros de que nada le impedirá llegar a las personas que buscan la verdad: la existencia del Dios soberano y misericordioso.

Devocional original de Ministerios En Contacto

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