El Señor conoce nuestros deseos, y entiende los errores cometidos sin querer. 2 Pedro 2.9-18 Dios nos amonesta en contra de los malos deseos, porque las pasiones pecaminosas pueden producir vacío, sufrimiento, frustración, dolor e incluso muerte. Los creyentes sabios dejan que el Padre dirija sus anhelos, y luego hacen los cambios que sean necesarios. […]

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