Tu tienes un propósito divino establecido por Dios antes de que nacieras. Y, aunque vengan adversidades, siempre saldrás victorioso, porque has puesto tu confianza en Jesús.

Tu tienes un propósito divino establecido por Dios antes de que nacieras. Y, aunque vengan adversidades, siempre saldrás victorioso, porque has puesto tu confianza en Jesús.