La obediencia debe ser nuestro modo de vida sin importar las circunstancias.
Daniel 1
Cuando llevaron a Daniel a Babilonia, no tenía idea de que Dios le daría una esfera de influencia cada vez más amplia. Entonces, ¿qué lo hacía diferente a los otros cautivos de Israel? Su influencia fluía de sus firmes convicciones:
Su fidelidad. Daniel no solo conocía la ley de Dios; estaba convencido de que no había otra manera de vivir. Cuando fue probado, permaneció fiel a Dios y a su Palabra, porque consideraba que la obediencia no era negociable. Seguir a Dios no significa vivir los principios bíblicos solo cuando es conveniente o fácil. La obediencia debe ser nuestro modo de vida sin importar las circunstancias. Sin un firme compromiso con nuestras creencias, fluctuaremos de un lado a otro, daremos mal testimonio y cederemos a la tentación.
Su valentía. Como cautivo, Daniel no tenía autoridad. Por tanto, acercarse al jefe de los sirvientes del rey para una consideración dietética especial, requería valentía. Aunque no tenía forma de saber lo que pasaría, Daniel no dejó que el temor dominara sus emociones. Solo confió en el Señor, y habló.
Dios recompensó la fidelidad de Daniel con conocimiento, sabiduría y entendimiento superiores, lo cual resultó en una mayor influencia en los imperios babilónico y persa. Por el compromiso de Daniel con Dios, y por su valentía para mantenerse firme, su influencia piadosa se extendió por muchos años. El Señor no eleva a todos los creyentes a altas posiciones de influencia. Pero quiere usarnos a todos para impactar a otros por Cristo en cualquier esfera de influencia que nos haya dado. Por consiguiente, también necesitamos comprometernos con la Palabra de Dios, tener valentía para obedecer y confianza para dejarle las consecuencias al Señor.
Devocional original de Ministerios En Contacto