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Versículo:
Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes. – 1 Corintios 16:13 (NTV)

Varón, esto es para ti. Lo que menos necesitas es otro libro, otra radiodifusión multimedia, otro CD motivacional, o incluso otro estudio bíblico que te diga cómo ser un hombre de Dios en cuatro fáciles pasos. Eso no es lo que estamos haciendo aquí. Nos enfocamos en el asunto medular que estoy convencido que te motivará a profundizar dentro de tu corazón: cómo ser un guerrero y saber cuándo y cómo pelear.

Nunca debes olvidar que Dios puso algo diferente dentro de ti: el corazón de un guerrero. Lo hizo para que descubrieras cómo pelear la buena batalla por lo que es correcto y seas lo que Él quiere que seas.

Si tu familia se hunde lentamente en el pozo de la desintegración y los problemas debes reaccionar urgentemente. No puedes permitirle a Satanás que te gane a tus hijos o a tu esposa. Es momento que recuerdes que eres el hombre que Dios ha puesto como sacerdote de esa casa y tomes las responsabilidades que te corresponden.

Cuando entiendes que delante de Dios tienes una responsabilidad mayor a la de simplemente proveer, hallas las fuerzas para lidiar las batallas que sabes que debes pelear, las que determinan el estado de tu corazón, la calidad de tu matrimonio, y la salud espiritual de tu familia. Las batallas que te hacen depender de Dios como la fuente de tu fortaleza. Las batallas que te hacen sentir vivo.

El Apóstol Pablo le escribe a los corintios y les advierte a estar alerta. Los anima a permanecer firmes en la fe, a ser fuertes y sobretodo valientes. En otras versiones los llama a “portarse varonilmente”. Es decir, ser hombres de verdad.

Hombres auténticos son los que Dios necesita para cambiar las familias. Hombres vestidos de integridad, rectitud, honestidad y sobretodo llenos de la Presencia de Dios. Que no hacen lo que ellos quieren ni lo que su machismo equivocadamente les indica, sino lo que la Palabra de Dios dice. Hombres que doblan sus rodillas únicamente delante del Señor, para buscar cada mañana su dirección.

Este es el reto. Que seas valiente, que seas el hombre que Dios diseñó, que está dispuesto a todo menos a sacrificar sus valores y relación con Dios. Un hombre que no es vencido por lo malo, sino por el contrario, vence el mal con el bien.

Si aún estás leyendo esto es porque de verdad quieres serlo. Ora a Dios, busca Su presencia, clama a Él y Él responderá si lo haces con el corazón correcto. Entrégale tu familia, tus debilidades, tus tentaciones, tus finanzas, tus sueños y proyectos. Es decir, entrégale todo a Dios y deja que Él haga lo mejor que sabe hacer: algo extraordinario con una persona ordinaria.

 

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El corazón de un guerrero – Craig Groeschel

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