Dejemos de ver con los ojos de nuestra carne y empecemos a ver con los ojos de nuestra Fe.
En la vida cristiana es normal entrar en el campo de disputa entre lo que esperas de parte de Dios y lo que en realidad están viendo tus ojos naturales, eso es porque algunas veces nos dejamos llevar por las dudas que entran a nuestra mente, sin embargo, debemos tomar la decisión de que ha llegado el momento de dejar de ver con los ojos de nuestra carne y empezar a ver con los ojos de nuestra Fe.
¿Pero cómo tener un nivel de Fe tan alto que no quepan dudas en nuestra mente? Dios ha provisto la manera por la cual todos pueden tener fe. ”Así que la fe es por el oír, y el oír es por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Ciertamente mientras más escuchamos sobre la Palabra de Dios nuestra fe puede ir en crecimiento, no obstante, hay que ponerla en práctica día a día para ejercitarla ya que la fe es apoderarse de las irrealidades de la esperanza y traerlas al reino de la realidad. ”Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).
Devocional original de Mariam Delgado