No es fácil enfrentar todas las situaciones espirituales que nos roban el gozo y las energías.
Salmo 43
Aunque demos atención a las causas externas del desánimo, su sutil intromisión en nuestra vida puede tomarnos por sorpresa. Veamos algunas de sus causas espirituales.
Satanás: el instigador principal. El propósito del enemigo es desalentarnos, hacer que pensemos mal de nosotros mismos, y que nos concentremos en lo negativo.
Un área de debilidad en la que Satanás ejerce mucha influencia. Esto puede ser particularmente desalentador, porque nos hace sentir que no podemos escapar del dominio del diablo, no importa lo que hagamos.
La oración no respondida. Cuando la respuesta a una oración es “no” o “no por ahora”, podemos perder la esperanza. Lamentablemente, algunos creyentes dejan de orar por completo.
La falta de oración. El no poder entender la soberanía y el tiempo perfecto de Dios, puede llevar a resultados trágicos. Cuando Él responde la oración de la manera menos esperada, algunos creyentes se decepcionan y dejan de orar. Sin embargo, cortar la comunicación con el Señor es una manera segura de hundirse más en el desánimo.
La sensación de que usted no puede agradar a Dios. Esta es una trágica consecuencia de la fe basada en obras, por creer que el favor del Señor está ligado a nuestras buenas acciones. ¡Qué equivocación tan grande! El amor de nuestro Padre celestial depende de su gracia, no de nuestras obras.
No es fácil enfrentar todas las situaciones espirituales que nos roban el gozo y las energías. Pero es crucial que identifiquemos estas causas, no importa cuán dolorosa pueda ser la acción que tomemos.
Devocional original de Ministerios En Contacto