Dios nos creó para relacionarnos con Él. Lo único que nos pide es nuestra presencia y nuestra cooperación.
Génesis 16.1-17.8
La intimidad con Dios no surge de la nada. Requiere determinación y una inversión significativa de tiempo y esfuerzo. Si buscamos tener una relación estrecha con Él, debemos aprender a …
Resolver el conflicto. En las disputas humanas, por lo general hay falta en ambos lados. Pero si nos encontramos en conflicto con Dios, entonces sabemos que la falta es solo nuestra, porque Él siempre tiene la razón. Cuando Abraham engendró un hijo con Agar, hubo un gran conflicto en su hogar. Dios cumplió su promesa de hacer de Abraham el padre de muchas naciones, pero no eliminó la discordia de generaciones que resultó de sus acciones. Pero no importa las circunstancias, el conflicto con Dios puede resolverse renunciando a nuestros deseos y aceptando su perspectiva.
Esperar con confianza. La intimidad crece solo en una atmósfera de confianza. A medida que entendemos mejor el carácter de Dios, nuestra confianza aumenta y nos acercamos más a Él.
Asumir riesgos. Cuanto más demostramos quienes somos en Cristo a los que nos rodean, más nos arriesgamos a ser rebatidos, rechazados y tergiversados. Pero Dios nos entiende totalmente, y tenemos su promesa de que somos de Él para siempre (Jn 10.27-29).
Coincidir con Dios. Para mantener una relación estrecha con Dios, nuestra agenda y nuestros planes deben reflejar que Él es nuestra prioridad absoluta. Debemos estar dispuestos a ser usados por Él y a estar abiertos a su dirección.
Dios nos creó para relacionarnos con Él. Lo único que nos pide es nuestra presencia y nuestra cooperación. ¿Qué hará usted para desarrollar una relación más profunda con el Señor?
Devocional original de Ministerios En Contacto