Los cristianos debemos reaccionar de manera piadosa a las frustraciones que enfrentamos.
Mateo 1.18-25
A la hora de buscar ejemplos de reacciones sabias y espirituales en momentos de frustración, es probable que vaya a los Salmos antes que a Mateo. Pero el primer capítulo del Nuevo Testamento cuenta la historia de la reacción de un hombre justo ante una noticia dolorosa y decepcionante. José, el padre terrenal de Jesucristo, era una persona justa. Un hombre piadoso necesita una esposa que comparta su deseo de honrar y obedecer al Señor, y la Biblia dice que María era esa clase de mujer (Lc 1.45-55). Por eso, imagínese lo desconcertado que debió haberse sentido José cuando su prometida en matrimonio regresó de una larga visita a su pariente Isabel, y le dijo que estaba embarazada. Y además, afirmando que ningún hombre la había tocado.
No importa cómo viera José la situación, esta se presentaba sombría. Sin embargo, Mateo 1.20 dice que lo “pensaba”; en otras palabras, buscaba una respuesta sabia y justa. Dios se le apareció a José de una manera dramática para reafirmar lo dicho por María, y para poner fin a sus planes de romper en secreto el compromiso. El Señor convirtió el lamento de José en un fin loable. La pareja soportaría la intensa crítica pública de un embarazo precoz, pero José dejó de pensar en lo que dirían los demás. Dios tenía una tarea sagrada para él: criar al Mesías al lado de una mujer fiel. Los cristianos debemos reaccionar de manera piadosa a las frustraciones que enfrentamos. Como el Señor siempre tiene un plan, lo más sabio es confiar en el bien que hará y esperar su tiempo. Sin duda, Dios bendijo a José por su disposición a buscar el reino de Dios en primer lugar (Mateo 6.33).
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