Dios promete una satisfacción que no puede encontrarse en ninguna otra parte.
Juan 15.9-11
¿Tiene usted una vida emocionante? ¿O, como tanta gente, encuentra que la mayoría de sus días son rutinarios y aburridos? ¿Sus sueños se le han convertido en decepciones? Si es así, puede sentirse tentado a darse por vencido. Pero Dios promete una satisfacción que no puede encontrarse en ninguna otra parte. El gozo es un regalo de Dios que se encuentra en la naturaleza y en las promesas inmutables de Cristo, independientemente de las circunstancias. Es aquí donde se encuentran la fuerza y el poder para no rendirse.
Hace algunos años, fui probado en cuanto a esto mientras preparaba un mensaje acerca del gozo. Pocos días antes, había bautizado a un buen número de personas, y era evidente que el movimiento repetitivo de inclinarme me había producido tensión en la espalda. No sentí dolor hasta mediados de semana, cuando traté de levantar algo pesado. De repente, estaba lidiando con uno dolor severo. Casi de inmediato, el Señor trajo a la mente el mensaje que me proponía predicar pocos días después. A pesar de que quería desesperadamente librarme del dolor, descubrí que podía tener gozo en el Señor.
Filipenses 4.4 dice que nos regocijemos en Él siempre. Por este mandato, sabemos que aun en medio de las dificultades podemos elegir vivir con gozo. Esta opción es posible para los creyentes llenos del Espíritu Santo y que andan en obediencia (Gá 5.22, 23).
Piense en cómo responde usted a los tiempos buenos y a los malos. ¿Le da fuerzas el gozo constante en Cristo? ¿O encuentra alivio emocional únicamente en medio de circunstancias positivas? Las dificultades son inevitables, pero la verdad de Dios puede sostenerle.
Devocional original de Ministerios En Contacto