Somos bendecidos cuando nos sometemos con paciencia a la voluntad de Dios.

Lucas 11.9-10

La fotografía me ha enseñado mucho en cuanto a la paciencia. Una vez, mi grupo y yo pasamos cuatro días esperando para fotografiar el monte Cervino de Suiza, pero el tiempo inclemente mantenía al pico totalmente oculto. En la última noche de mi estadía, me quedé dormido orando. Muy temprano a la mañana siguiente, abrí los ojos y vi la enorme montaña blanca brillando contra un cielo completamente oscuro. ¡Me maravilló el hecho de saber que había elegido un modesto hotel que tenía una vista de la montaña!

En vez de esperar hasta que lleguemos al cielo, el Señor nos bendice en esta vida. Sin embargo, no debemos adelantarnos a Él si esperamos recibir sus bendiciones. Cuando somos pacientes suceden varias cosas:

Vemos a Dios en acción. Su manera de actuar es la mejor, y nos volvemos más conscientes de esto cuando lo observamos llevando a cabo su plan.

Podemos lograr nuestros objetivos. El Señor conoce el momento adecuado para darnos lo que necesitamos. Si nos damos por vencidos demasiado pronto o tratamos de manipular las circunstancias, no recibiremos todo lo que Él quiere concedernos.

Tenemos el favor de Dios. Cuando esperamos con paciencia su voluntad, Él puede entonces bendecirnos a manos llenas. El Padre celestial quiere, sin lugar a dudas, derramar su amor en nuestra vida.

Somos bendecidos cuando nos sometemos con paciencia a la voluntad de Dios. Lamentablemente, todos enfrentaremos circunstancias en las que seremos tentados a ser impacientes. ¿Valora usted al Señor lo suficiente para esperar con paciencia el tiempo de Él?

Devocional original de Ministerios En Contacto

Las recompensas de la paciencia

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