En el momento de la salvación, una persona se convierte en nueva criatura en Cristo.

2 Corintios 5.14-21

En el momento de la salvación, una persona se convierte en nueva criatura en Cristo. Algunos de nosotros hemos sentido el cambio cuando la carga del pecado fue levantada y reemplazada por el perdón y la esperanza. ¿Pero qué pasa si no sentimos nada? ¿Seguimos siendo salvos? La salvación es el resultado de escuchar el evangelio y responder con arrepentimiento y fe. El sentimiento puede acompañar a la transformación, pero no determina su validez. Convertirse en nueva criatura implica…

Una nueva posición. Antes de la salvación, éramos enemigos de Dios, pero por medio de la muerte de Cristo a nuestro favor, hemos sido reconciliados con Él y nos hemos convertido en sus hijos. Con su muerte en la cruz, el Señor pagó el castigo por nuestros pecados. Y además, su justicia nos fue acreditada en una transacción legal que la Biblia llama justificación.

Una nueva presencia. en el momento de la salvación, el Espíritu Santo vino a vivir dentro de nosotros. Él obra para transformarnos, en un proceso llamado santificación, por el cual llegamos a ser cada vez más justos en la práctica.

Un nuevo poder. Debido a que todavía luchamos con el pecado y el egocentrismo, vivir de acuerdo con las normas de Dios está más allá de nuestras capacidades. Pero cuando el Espíritu Santo entró en nuestra vida, trajo consigo el poder de Dios Todopoderoso, que nos permite llegar a ser y hacer lo que desea.

Lo que tenemos ahora es la semilla de lo que al final llegaremos a ser. Aunque en el presente es difícil discernir la vida transformada de un cristiano, esto será evidente cuando el Redentor regrese y ponga nuestros cuerpos en conformidad con el cuerpo de su gloria (Fil 3.21).

Devocional original de Ministerios En Contacto

Nuevas criaturas en Cristo

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