Dios nos llama a vivir en paz, y nos ha dado todo lo que necesitamos para obedecerle.
2 Corintios 13.11
Como cristianos, tenemos una relación especial entre nosotros por nuestra unión con Cristo. Es probable que usted haya experimentado esto si ha conocido a un extraño con quien sintió un vínculo, y descubrió pronto que ambos eran cristianos. La Biblia nos llama a ser una fuente de aliento y ayuda para nuestros hermanos en Cristo, aun así, muchos conocemos al menos a un hermano en la fe con quien tenemos más conflicto que paz. Quizás nuestras personalidades no encajen, o tengamos convicciones diferentes. El problema también podría ser una cuestión de falta de comunicación o malentendido. Cualesquiera que sean nuestras diferencias, podemos vencerlas por medio de Jesucristo y vivir en paz unos con otros. En vez de construir muros, podemos expresar buena voluntad a otros con:
Oración. Convierta en hábito presentar a la otra persona en oración.
Comunicación. Hablen del problema, de manera franca y honesta. Aclaren cualquier malentendido y descubran la fuente del conflicto. Estén dispuestos a compartir preocupaciones y a escuchar el punto de vista del otro.
Asesoramiento. Para superar el conflicto, a veces puede ser necesario contar con la ayuda de un buen consejero cristiano.
Restauración. Una vez que se resuelva la raíz del problema y se restablezca la armonía, ambas partes deben acordar abordar de inmediato cualquier nuevo conflicto que surja.
Dios nos llama a vivir en paz, y nos ha dado todo lo que necesitamos para obedecerle. Cuando dejamos que su Espíritu Santo nos controle, su bondad y su gracia fluirán por medio de nosotros hacia los demás, para crear armonía.
Devocional original de Ministerios En Contacto