La vida del creyente existe para proclamar el evangelio, sin aprovecharse económicamente, ni buscando honor y gloria absoluta del nuevo creyente. Sino entregando nuestra vida por completo como Jesús lo hizo por nosotros.
La vida del creyente existe para proclamar el evangelio, sin aprovecharse económicamente, ni buscando honor y gloria absoluta del nuevo creyente. Sino entregando nuestra vida por completo como Jesús lo hizo por nosotros.