Has recibido bendiciones en tus manos para las que tu corazón no estaba listo. Pensarás: Si Dios sabía que mi corazón no estaba listo, ¿por qué me lo dio? Porque no era Dios el que tenía que saber que tu corazón no estaba listo, sino tú.
Leer másHas recibido bendiciones en tus manos para las que tu corazón no estaba listo. Pensarás: Si Dios sabía que mi corazón no estaba listo, ¿por qué me lo dio? Porque no era Dios el que tenía que saber que tu corazón no estaba listo, sino tú.
Leer más