Nuestro Padre celestial dice que quienes oren de acuerdo con sus propósitos divinos, recibirán lo que pidan.
Colosenses 1.1-9
Cuando el apóstol Pablo escribió a los creyentes en Colosas, incluyó una oración transformadora que sigue impactando después de tantos siglos. Sigue siendo una carta poderosa, porque cada petición está de acuerdo con la voluntad de Dios. La primera petición es que los colosenses conocieran la voluntad del Señor. Para poder agradar a Dios, debemos comprender sus planes y hacerlos realidad. Esto incluye amar a Dios y a nuestro prójimo, además de sus propósitos específicos para la vida de cada creyente (Lucas 10.27; Efesios 2.10). La segunda petición de Pablo es que les diera sabiduría y entendimiento en cuanto a ese conocimiento. Él sabía que, para aplicar lo que aprendemos, necesitamos el discernimiento y la claridad que provienen solo del Espíritu Santo (Juan 16.13). El resultado de estas dos peticiones será la capacidad de entender desde la perspectiva de Dios. Veremos nuestras decisiones y situaciones como son en realidad, no como parecen ser.
Otro aspecto maravilloso en cuanto a estas peticiones es que podemos hacerlas a favor de quienes no confían en el Salvador. Nuestro Padre celestial ofrece la salvación a todos los que crean en Cristo. Él no quiere que ninguno perezca (2 Pedro 3.9). Si los incrédulos conocen la voluntad de Dios, pueden abrir sus mentes a su oferta de perdón y aceptar el sacrificio hecho por Jesucristo. Nuestro Padre celestial dice que quienes oren de acuerdo con sus propósitos divinos, recibirán lo que pidan. Por eso es importante comenzar por descubrir los planes de Dios. Trate de incluir oraciones bíblicas, como la del pasaje de hoy, en sus conversaciones con el Señor.
Devocional original de Ministerios En Contacto