Amando a Cristo, amando al preso

En mi último viaje a Costa Rica tuve la oportunidad de visitar un proyecto penitenciario que simplemente es un milagro. Por años el Señor ha puesto en mi corazón la carga de interceder por las personas que están en las cárceles y principalmente por los jóvenes. En nuestros países los muchachos en las prisiones simplemente se desperdician. Por supuesto que tienen que pagar la pena por sus delitos pero cada uno de ellos tiene un potencial que se va apagando día a día. El hacinamiento, lo inhóspito del lugar, la falta de programas de restauración, el ocio y la falta de propósito se come los días de estos jóvenes en nuestras prisiones. Sin embargo por esas casualidades de la vida que son sencillamente citas divinas, en esta oportunidad tuve el privilegio de conocer APAC, un programa llamado “Amando a Cristo. Amando al Preso” ahí mismo en la carcel de “La Reforma”.

Hace más de 30 años cuando era estudiante de leyes en la universidad de Costa Rica mi trabajo comunal lo hice precisamente en el sistema penitenciario. La Reforma estaba recién inaugurada y era un modelo en América Latina. Un lugar agradable, con diferentes etapas o módulos de acuerdo a la pena, con sistemas y programas para que el reo fuera restaurado, para que tuviera una reforma. Actualmente es un lugar, para decir lo menos, feo, muy feo. Sin embargo ahí mismo, justo al lado el pastor Carlos Cunningham tiene a su cargo uno de los módulos. No se imaginan, no parece que está uno en la carcel. Para llegar ahí hay que caminar por una calle aledaña y primero está La Reforma, y de lejos se puede ver lo sucio, descuidado y a los presos desde las ventanas, gritando en un hacinamiento impresionante. Cuando va llegando al módulo de APAC es como otro mundo: pintado, limpio, ordenado, gente caminando tranquila por todo lado, en fin un cambio total. ¿Qué hace la diferencia? La diferencia la hace Jesucristo. ¡Qué maravilla!

El pastor nos cuenta cómo el Señor desde muy joven puso la carga por las personas privadas de libertad y la necesidad como cristianos de hacer algo. Él tuvo la oportunidad de conocer el programa de APAC en Brazil y a base de mucho esfuerzo y arduo trabajo pudo implementarlo en Costa Rica. No ha sido un camino fácil pero al día de hoy tiene a su cargo 73 presos y una reincidencia de cero por ciento. Las personas son restauradas totalmente. Es una restauración integral, en todas las áreas, en todos los aspectos del individuo, emocional, intelectual, socialmente, en el área de salud, el oficio, el área psicológica, familiar etc. y aún después de salir de prisión se cubre el proceso de reinserción a la sociedad. El pastor ha tenido que trabajar con las uñas, como decimos en mi país. El gobierno le ha provisto con las instalaciones, la alimentación y los presos. El resto, lo tiene que buscar el pastor. Implica gran cantidad de voluntarios pero también de hombre y mujeres dispuestos a sembrar de sus finanzas para que este programa continúe.

Mi visita coincidió con la visita por primera vez de la ministra de justicia y fue muy triste oírla, pues a pesar de la evidencia del éxito del programa ellos como gobierno no tiene el dinero para apoyar estos proyectos y más bien su presupuesto ha sido recortado drásticamente. Pero no importa, no importa porque para nosotros los hijos de Dios nada es imposible tenemos un Dios todopoderoso y su palabra dice que Él es el dueño del oro y de la plata y hasta ahora ha sido Dios el proveedor y seguirá siendo. Cuando hay un hombre o una mujer que decide creerle a Dios por cosas grandes ahí Dios se manifiesta. Hoy quiero celebrar la vida del pastor Cunningham que ha puesto en marcha un sueño y lo ha visto hecho realidad. La restauración de los presos. “Gloria a Dios.”

Las cárceles y los privados de libertad

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