Aunque podemos acercarnos con confianza al trono de gracia del Señor, siempre debemos recordar que no somos más que simples siervos, y que Él es nuestro Dios excelso.

Efesios 3.14-16

¿Está satisfecho con su vida de oración? No conozco a muchas personas que dirían que sí, porque la mayoría de nosotros sabemos que nos quedamos cortos en esta disciplina. Incluso los creyentes más maduros reconocen su necesidad de mejorar, y uno de los mejores métodos para hacerlo es examinar las oraciones que están en la Biblia y usarlas como modelo. Varias de las oraciones del apóstol Pablo están registradas en sus epístolas, y ofrecen una perspectiva maravillosa acerca de las diferentes maneras de orar. En el pasaje de hoy, vemos dos fundamentos en cuanto a la oración.

Una actitud humilde. La postura física del apóstol de doblar las rodillas servía como un recordatorio de su posición sumisa ante el Padre celestial. Sabía que no había nada en él que pudiera hacer que el Señor le escuchara y respondiera. Tenía acceso al trono celestial solo a través de su relación con Jesucristo. El apóstol Pablo no se convirtió en el centro de la conversación, sino que se enfocó en el Señor y en la iglesia por la cual estaba intercediendo.

Un enfoque en Dios. El fundamento de la vida de oración de Pablo era la Trinidad. El apóstol entendía que Dios Padre adopta a todos los creyentes del mundo en su familia por la eternidad; que hay riquezas gloriosas en Dios Hijo; y que Dios Espíritu Santo tiene poder ilimitado. Las peticiones que hizo el apóstol Pablo en favor de los efesios se basaban en la suficiencia, el poder y los recursos incomparables de Dios Todopoderoso. Aunque podemos acercarnos con confianza al trono de gracia del Señor, siempre debemos recordar que no somos más que simples siervos, y que Él es nuestro Dios excelso.

Devocional original de Ministerios En Contacto

Cómo mejorar nuestra vida de oración

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