La bendición trae persecución y la persecución anuncia más bendición.

Dios tiene grandes promesas para nuestra vida. Una de ellas es que al ser Sus seguidores, recibiremos cien veces más de lo que dejamos por Él, además de heredar la vida eterna. ¡Confesemos esta promesa con poder! Porque la fe viene por el oír, pero se convierte en vida por el hablar, por confesarla. Ahora, en nuestra vida en la tierra, recibiremos más de lo que hemos entregado por el Señor. Si pudiéramos confesar la bendición con la misma intensidad con la que lloramos en medio de la prueba, saldríamos del problema antes de lo que esperamos. No puedo decir que creo en Jesús sin creer en Sus Palabras.

Pero hay una cuestión interesante que también asegura la Palabra, y es que la bendición trae persecución. Así que debemos poner los pies sobre la tierra, si quieres bendición, debes esperar persecución. Sin embargo, la persecución no debe detenernos, tal como no ha detenido a la iglesia durante siglos. La bendición trae persecución y la persecución anuncia más bendición.

Sabemos que Pablo fue un apóstol súper bendecido y que ha sido bendición para los cristianos. Él fue quien dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…, sé vivir en abundancia y en escasez…, mi Dios suplirá conforme a Sus riquezas en gloria…” Además, sufrió gran persecución y le preocupaba la persecución que la iglesia podría enfrentar. Este apóstol sabio enfrentó un cambio de 180 grados, porque antes de ser Pablo, era Saulo, el terrible perseguidor de los cristianos, quien camino a Damasco vivió una experiencia sobrenatural. Cuando nuestro Señor se identificó frente a él, le dijo: “Soy Jesús, a quien tú persigues”, porque al perseguirte, es a Jesús a quien persiguen, lo que es un honor, así que tranquilo, eres parte del grupo correcto que obtendrá la victoria.

Pablo tuvo que enfrentar un proceso para convertirse en cristiano y líder. Luego de ser gran verdugo, quedó ciego, hizo ayuno, oró y fue bautizado. ¡Pasó de ser perseguidor a ser perseguido por la causa de Cristo! No te preocupes por los “Saulos” en tu vida, porque Dios les enseñará lo que significa padecer por Su causa. Por lo tanto, antes de que veamos personas como Pablo, nos toca ser instrumentos del Señor, ser nosotros como Ananías que ungirán a quienes se convertirán. Permitamos que Dios nos use para bendecir, liberar de amargura y restaurar a quienes darán testimonio de Su amor. Pablo sufrió más persecución que ninguno porque también fue gran perseguidor. Entonces digamos: “Padre, bendice a quienes me maldicen. Te pido que te conozcan y sean multiplicadores de Tu amor.”

En la Biblia leemos que Pablo le escribió a su discípulo Timoteo pidiéndole que avivara el fuego del Espíritu Santo en él, porque Dios le había dado espíritu de poder, amor y dominio propio, no de cobardía. La fe y el Espíritu Santo pueden apagarse por cobardía, así que reforcemos nuestra identidad y convicción. Necesitamos poder, amor y dominio propio en el justo balance para superar la aflicción. Jamás se ejerce poder y autoridad sin amor; es ilegítimo intentarlo, por eso, cuando oramos pidiendo justicia sobre nuestros enemigos, el resentimiento y la amargura nos mueven, fluimos en el poder, pero no en el amor. Por ejemplo, si alguien te estafó o robó, lo correcto es decir: “Señor, que te conozcan aquellos que me han perjudicado, que sepan que es posible prosperar sin necesidad de hacer lo indebido. Te pido por su familia, por su salud; que sus vidas den un giro, que se conviertan en luz y no en tinieblas.” ¡Nada de cobardía y resentimiento, sino que amor con poder y dominio propio!

Oremos por nuestros enemigos, bendigámoslos, pidamos que conozcan al Señor. No importa si lo que te hicieron fue justo o no, lo que importa es tu respuesta correcta ante lo que te hicieron. Perdona al cónyuge de quien te divorciaste; perdona al padre o la madre que te abandonó; perdona a quien se quedó con tu casa o negocio. Solo buscando paz saldrás adelante. La capacidad de responder correctamente a lo que otros te hacen determina el tipo de persona que serás y lo que podrás recibir. Dios usó a los cuervos, aves de rapiña, para darle de comer al profeta. No sabes a quién usará para bendecirte en el futuro, así que debes tener el corazón correcto, siempre.

El rencor impide que tu mente se aclare, por lo tanto, libérate de la amargura para iniciar una nueva vida. Cuida tu corazón porque de el mana la vida. No estás libre de que te ofendan, pero sí eres libre para reaccionar de la forma correcta. Jesús fue uno de los humanos más perseguidos en la historia, somos Sus discípulos, así que seremos perseguidos, y como Él, daremos perdón y amor. Dios cambia el lamento en gozo, el luto en alegría y perdón. ¡Incluso tu cuerpo recibirá salud al perdonar! Digamos: “Señor, declaramos que Tu luz alcanzará a quienes nos han perseguido y te encontrarán, serán tus predicadores en todo el mundo. Señor Jesús, hoy sigo Tu ejemplo, bendigo a quienes me han hecho bien y mal. El ungüento de Tu aceite cubre mi corazón; me declaro libre y a prueba de heridas. ¡Gracias!”

Devocional original de Cash Luna

DE LA PERSECUCIÓN A LA VICTORIA

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