“Con sabiduría se edifica una familia y con prudencia se consolida” Proverbios 24:3
Dice la Biblia “tal es su pensamiento dentro de si tal es él” Un pensamiento provoca una acción, una acción repetida produce un hábito, un conjunto de hábitos definen una persona. Cada persona nace con una carga genética, que es desarrollada de acuerdo al medio donde se crece, de ahí que la familia es tan importante en la vida del ser humano y es en la familia donde se aprende a tener pensamientos derrotistas, negativos o de superación.
Las personas entusiastas se acostumbran a un estilo de vida dejando de lado el negativismo y el fatalismo sin caer en extremos. Tienen mas capacidad para enfrentar y resolver los desafíos del diario vivir. El entusiasmo es fruto de una reafirmación de fe en Dios y en uno mismo. Debemos creer en Dios pero también en nosotros mismos, en lo que ha puesto en nosotros y en lo que Él puede hacer a través de nosotros. Muchas personas sucumben ante su pensamiento negativo. Un constante “no puedo”, “no sé si lo lograré”, resuena en sus cabezas. No entienden que el pensamiento negativo tiene un impacto directo en cómo se sienten, como se perciben, como se proyectan a otros y eso determina, limita sus acciones y aptitudes.
La “profecía negativa”, que no tiene que ver con ningún término espiritual, sino que son frases auto repetidas “me matriculo pero voy a perder el examen” o dichas por otra persona “te va ir mal, no lo vas a lograr, no lo intentes”. Esto es más que tener un temor razonable ante una nueva experiencia, es el pesimismo galopante. El pensamiento negativo se vuelve un hábito junto con las palabras negativas hacia si mismo y hacia otros. Cuando uno o ambos padres son de un pensamiento negativo, su hablar, su personalidad será negativa y esto marcará la personalidad, el desempeño, el futuro de los hijos, así como el ambiente del hogar. Un matrimonio puede terminar en divorcio pero los niños serán entrenados para vivir con un pensamiento negativo, derrotista. En el mejor de los casos toman conciencia temprano en sus vidas e inician un cambio de pensamiento, una renovación de mente; que es posible, pero les tomará años en este proceso, que con persistencia se logrará mediante un re aprendizaje.
Algunos síntomas de una persona de pensamiento negativo • Su vocabulario le delata: “no puedo, es difícil, no se si lo lograré, pruebe usted”. • Altos niveles de estrés por la anticipación al fracaso y su constante dialogo interno. • Su diálogo interno es destructivo, castrante, negativo hacia si mismo.. • Victimización “como uno nunca, como yo no nunca tuve, como a mi siempre” • Una insatisfacción constantemente de todo y ante todo. • Su actitud es negativa 100%, ante la vida, oportunidades, el amor y más.
Algunos consejos para superar el pensamiento negativo:
1. Reconozca que tiene una necesidad
2. Busque ayuda de Dios ante todo y humana.
3. Con un buen acompañamiento de un profesional o un consejero puede superarse.
4. Recuerde es un proceso, de años. ¡LO LOGRARÁ!
5. Anote cada pensamiento negativo esa técnica le dará conciencia de lo cansado de esa conducta repetitiva.
6. Reemplace ese pensamiento negativo por el opuesto positivo si usted basa muchos de esos pensamientos positivos en la Palabra en un texto bíblico su mente, su espíritu, su ser entero será bendecido y renovado.
7. Cuando sean hacia otra persona, anótelo y al lado anote un pensamiento de bendición y repítalo varias veces.
8. Procure salir a caminar al aire libre, tomar sol, actividad física.
9. Lea buenos libros
10. Escuche música alegre de mensaje que edifique, que genere pensamientos de bendición.
11. Si tiene tiempo “muerto” en el día por ejemplo, viaja mucho en bus, en auto. Escuche música, practique técnicas memnemónicas en el trayecto. La Biblia es un libro excelente para memorizar.
12. A continuación le comparto dos textos con los que puede empezar a llenar su mente de la Palabra de Dios; “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.” Prov. 23,7
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” Filip. 4,8
Dra. Ruth de Solís Master en Orientación Familiar
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