El plan financiero de Dios es diferente a lo que veremos en el mundo, pero sus principios han demostrado ser efectivos.
Hechos 20.33-35
El Señor quiere que tomemos decisiones inteligentes basadas en principios sanos, pero las decisiones conforme a su voluntad no siempre son compatibles con la manera como el mundo hace las cosas. Por ejemplo, a algunas personas les sorprendería saber que el concepto básico de Dios en cuanto al plan financiero es dar en vez de ahorrar o invertir, como enseñan los modernos gurúes de finanzas.
Dar sacrificialmente. Cuando la persona promedio decide cuánto va a dar a una institución benéfica, considera su ingreso vs. sus gastos, y decide luego una cantidad con la que se sienta cómoda. En cambio, una ofrenda sacrificial puede significar que el creyente siga la dirección del Espíritu Santo para prometer recursos que están más allá de sus posibilidades económicas. Al comienzo, algunos creyentes podrán sentirse preocupados por ejercer su fe de esta manera. Pero, felizmente, Dios ha prometido suplir las necesidades de sus hijos (Fil 4.19), y Él es absolutamente fiel.
Dar compasivamente. El Salmo 24.1 nos dice que todos los recursos le pertenecen a Dios. Los creyentes que tienen un espíritu generoso no se aferran a sus posesiones materiales, sino que desean utilizar las riquezas del Señor para compartir las bendiciones de Él. A estos creyentes, un misionero, una institución benéfica o un pastor, no tienen que rogarles para que den su dinero.
El plan financiero de Dios es diferente a lo que veremos en el mundo, pero sus principios han demostrado ser efectivos. La Biblia y la historia de la iglesia enseñan que, por tener un corazón compasivo y un espíritu sacrificial, los seguidores del Señor han elegido dar. Y Él les recompensa dándoles más fe y suficientes bienes materiales para suplir sus necesidades.
Devocional original de Ministerios En Contacto