Ahora podemos acercarnos a Dios con confianza, y saber que somos aceptados.

Romanos 10.4-13

En un popular programa de televisión, el concursante final tiene la oportunidad de ganar el gran premio, que está escondido detrás de una de tres puertas. El concursante, seleccionado de la audiencia, dice en voz alta el número de la puerta y descubre si ganó el premio. Muchos se van defraudados. Nuestro Dios no actúa de esa manera. Él no esconde el regalo de salvación detrás de muchas puertas, y nos hace adivinar dónde encontrarlo. Él nos dice qué abrir, y nos da la fe para abrirla, al prometernos que todos los que creen en Cristo no serán defraudados (Ro 10.11). ¡Qué Dios tan maravilloso tenemos! Nuestros pecados pasados no nos impiden recibir su gracia, porque lo único que importa es creer en Jesucristo para ser salvos. Entonces se abre la puerta de la gracia, trayendo el regalo del perdón, la salvación y la vida nueva. La escritora de himnos Charitie Bancroft describió la gracia de esta manera:

Porque el inmaculado Salvador murió,
Mi pecaminosa alma libertad alcanzó.
Porque Dios, el justo, satisfecho está,
Por mirarle y de esa manera perdonarme.

Ahora podemos acercarnos a Dios con confianza, y saber que somos aceptados. Cuando nos acercamos a Él, llegamos a un trono de gracia para “alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (He 4.16). El perdón será concedido, y nuestras oraciones serán escuchadas. Y lo más maravilloso de todo, nuestra relación con Dios se fortalecerá. ¿Por qué descuidar una oportunidad tan misericordiosa?

Devocional original de Ministerios En Contacto

El trono de la gracia

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