¿Le está usted permitiendo a Dios hacer su voluntad para con usted?

Gálatas 4.4, 5

En la eternidad pasada, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo idearon y crearon el cielo y la Tierra. Pero aun antes de que Adán respirara por primera vez, el Señor sabía que el pecado entraría en el mundo, haciendo que la humanidad se separara de Él. Sin embargo, ya había sido establecido un plan para nuestra redención, y en la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios vino como un niño y habitó en la Tierra.

El Señor no hace nada al azar. Cada plan suyo está predeterminado, y se cumple exactamente en el momento preciso. Y esta verdad se aplica no solo a los grandes acontecimientos de la historia de la humanidad. Ya que Dios tiene un plan específico para cada creyente, Él actúa para realizar sus propósitos en la vida de cada cristiano. Él dispuso el día de nuestro nacimiento, tiene un conocimiento total de lo que sucederá cada día y sabe cuánto tiempo viviremos en este mundo. Y tal como hizo cuando Cristo nació, ejecutará cada detalle de su voluntad para nuestra vida.

No obstante, aunque sus planes para nosotros son buenos, la única manera de verlos cumplidos en nuestra vida es sometiéndonos a Él. El Señor ha prometido que todas las cosas ayudarán a nuestro bien, si le amamos y somos llamados según su propósito (Ro 8.28).

¿Le está usted permitiendo a Dios hacer su voluntad para con usted? Aunque una necesidad parezca urgente, la persona con un espíritu rendido a Dios esperará con paciencia que los planes del Padre celestial se pongan en marcha en el momento preciso, pues Él es el que tiene conocimiento absoluto y sabiduría plena.

Devocional original de Ministerios En Contacto

En la plenitud del tiempo

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