La esperanza es segura cuando está en armonía con los deseos de Dios revelados en la Biblia.
Salmo 42
Dios quiere que sus hijos tengamos deseos y expectativas que nos motiven y enriquezcan. Sin embargo, cierta desilusión es inevitable en este mundo caído. Entonces, ¿cómo podemos determinar dónde colocar nuestra esperanza, y la forma de reaccionar si no se cumple? La esperanza es segura cuando está en armonía con los deseos de Dios revelados en la Biblia. No obstante, muchas de nuestras expectativas se basan en deseos o sentimientos. Anhelamos ascensos laborales, buena salud o soluciones rápidas a nuestros problemas, sin embargo, no tenemos ninguna promesa del Señor que nos garantice que sean parte de su voluntad para nosotros.
Sentirnos descontentos con Dios puede ocurrir cada vez que nuestras expectativas no coincidan con su plan. Incluso cuando la esperanza esté basada en una promesa bíblica, es posible que el Señor no la cumpla de la manera o en el tiempo que esperamos. Debemos recordar que, aunque Dios pueda parecer inactivo, en realidad está trabajando y preparándonos para el futuro. La clave del contentamiento y del gozo radica en poner toda nuestra confianza bajo el escudo de nuestra esperanza suprema en el Señor. Dios es soberano y bueno. Él siempre quiere lo mejor para nosotros, y nunca se equivoca. Sus caminos son más altos que los nuestros y, de muchas maneras, más allá de la comprensión humana. Desde una perspectiva limitada, podemos ser como un niño que quiere golosinas con cada comida. A veces, Dios tiene que frustrar nuestras esperanzas para darnos lo mejor. Pídale que aclare y dirija sus deseos, para que coincidan con la voluntad de Él.
Devocional original de Ministerios En Contacto