Con las instrucciones de Dios como fundamento, podremos tomar decisiones con confianza, sabiendo que estamos obedeciendo la voluntad del Señor.
Colosenses 3.15-17
Muchos creyentes buscan sentir paz como señal para ayudarles a determinar la voluntad de Dios. Sin embargo, un sentimiento de paz puede no ser evidencia suficiente para confirmar que las decisiones de una persona armonizan con los planes del Señor. Es prudente preguntarse: ¿De quién es la paz que estamos experimentando? A veces, nuestra sensación de paz puede atribuirse a nuestra propia satisfacción con respecto a una decisión que hemos tomado.
El pasaje de hoy habla acerca de dejar que “la paz de Cristo gobierne en sus corazones” (Colosenses 3.15). Esta clase de serenidad proviene de Jesucristo, y es el árbitro que determina si las decisiones que tomamos se ajustan a la voluntad de Dios. La palabra paz indica armonía y unidad. Entonces, tener la paz de Dios sobre un asunto significa que la decisión debe armonizar con la voluntad de Él. La única manera de determinarlo es comparando nuestros pensamientos y decisiones con la Palabra de Dios. ¿Está usted pensando como Él? ¿Tomó su decisión usando los principios bíblicos o su entendimiento humano?
Una de las razones por las que, a menudo, tomamos decisiones sin la guía de la Palabra de Dios es que queremos un método más rápido para encontrar respuesta. Pero el Señor no vierte sus pensamientos en nuestro cerebro sin nuestra cooperación. Él nos moldea de forma gradual, día a día, mientras leemos su Palabra y dejamos que sus verdades penetren nuestra mente.
Con las instrucciones de Dios como nuestra base, podremos tomar decisiones con confianza, sabiendo que estamos obedeciendo la voluntad del Señor. Y así, tendremos una sensación de unidad con el Señor y su paz guardará nuestro camino.
Devocional original de Ministerios En Contacto