Para mantenernos en el camino de Dios, debemos hacer una pausa, preguntar y escuchar la orientación de Dios.
2 Samuel 7.18-22
En los años 70, tuve un momento crítico en mi caminar con Cristo. Todo comenzó con 2 Samuel 7, que me inspiró a imitar al rey David. Él pasaba tiempo a solas con Dios, ofreciendo alabanzas y acciones de gracias. También escuchaba cuando el Señor le indicaba la verdad y le daba una visión del futuro. Gracias a lo que aprendió, David pudo establecerse metas y ajustarse a ellas.
Deseando esa clase de aislamiento espiritual, pasé varios días solo en una casa rodante. La mayor parte del tiempo estaba en silencio, tratando de escuchar con atención la voz de Dios. Le pedí que me hablara en cuanto a mi futuro, y Él respondió. Utilizando un diario, escribí las metas que me inspiró. Las cosas que me comunicó influenciaron de tal manera mis decisiones y me bendijeron tanto, que seguí con esta práctica cada dos meses.
Hablemos entonces de cómo podemos establecer metas. Primero, venga ante el trono de Dios todopoderoso con un corazón arrepentido, con alabanza y con acción de gracias. Segundo, pídale dirección en cuanto a su vida espiritual, trabajo y familia. Estando en silencio, espere con paciencia y atención; mientras lee y medita en la Palabra de Dios, Él hablará. En la mayoría de los casos, su guía se experimenta como un toque o un sentimiento de convencimiento en el corazón. Cuando eso suceda, asegúrese de escribir lo que está “escuchando” para poder analizarlo después.
Para mantenernos en el camino de Dios, debemos hacer una pausa, preguntar y escuchar la orientación de Dios. El mundo nos lanza mensajes confusos a diario, y necesitamos revisar nuestro rumbo con frecuencia. Estas conversaciones con el Señor son vitales para tener una vida espiritual victoriosa.
Devocional original de Ministerios En Contacto