La paz de Dios es un regalo que Dios nos dio. Lo vemos en Juan 14:27 “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.” Cuando no hay paz, hay miedo. El temor está gobernando nuestros hogares cuando la paz no gobierna nuestro hogar. De hecho el Reino de Dios es justicia, paz y gozo, de acuerdo con el libro de Romanos. Cuando no hay gozo en tu casa, es porque no hay paz, y cuando no hay paz en tu casa, es porque hay injusticia en tu casa. Injusticia puede ser que hay muchos gritos, muchos castigos, muchos regaños, hay infidelidad, hay falta de provisión. Todo eso es algo injusto. Y cuando esa injusticia está dominando la casa, la gente pierde su paz. Tú puedes decir: “No, en mi casa estamos bien.” Pero yo mediría tu paz por el gozo que tú tienes, si tus hijos están contentos, si tu familia es una familia que le gusta platicar, que le gusta llegar a la casa, quitarse los zapatos o estar tranquilo por ejemplo. ¿O es un lugar donde la gente se siente presionada, donde no quiere llegar a la casa? Hay gente que no quiere llegar a la casa porque no hay paz.

La paz es un regalo, ¿pero cómo abrimos ese regalo? La palabra de Dios es clara con que tiene que ver con lo que nosotros escuchamos, vemos y leemos. Cuando tú abres un regalo lo tienes que ver, escuchar o sentir. Cuando Jesús habla de que la paz es un regalo que sólo él puede dar, tenemos que invitar a Dios. Dios tiene que ser el centro de nuestros hogares.

La forma como uno puede hacer para tener paz es reconocer que necesitamos a Dios en nuestras familias. Busca una buena iglesia. No andes como llanero solitario. Busca una iglesia que de verdad promueva los valores de la familia. ¿Tú sabías que la familia nació en el corazón de Dios? No es un tema del mundo. Dios hizo la familia para que pudiera establecer su Reino aquí en la tierra. Lo principal que tiene que tener una familia es paz.

Si no hay paz, va a haber pleitos, ira, gritos, contienda. Si en tu casa hay todo eso, necesitamos que Dios nos dé el regalo de paz. Si tú vez en tu casa conceptos de violencia, conceptos de inmoralidad sexual, si estamos viendo la televisión y vemos lo que sea, todo eso va minando el corazón de las personas y trae ideas y pensamientos a la mente.

Las conversaciones también son importantes. Por ejemplo, debemos observar si estamos criticando a la gente todo el tiempo, o estamos hablando bendición sobre las personas alrededor de nosotros, también sobre nuestros hijos. Una contraparte de la paz es la violencia. Si en tu casa hay pensamientos de violencia, hablamos violencia, vemos programas de violencia, en nuestra mente empieza a haber un concepto de violencia. Si vemos la telenovela, que no recomendamos que la estén viendo, pero la gente que las ve, se está peleando con el marido, los niños están observando eso. Cuando hay un pleito en la casa, los niños actúan, o la mujer actúa, como la persona que vio en la telenovela.

Una de las formas de cuidar la paz, es darle el valor que se merece. La paz debe tener un valor primordial en nuestras casas. Esto significa, por ejemplo, que va a ser más importante para ti y para tu familia tener paz que ganar una discusión. Porque muchas veces entramos en una discusión y lo más importante es que “Yo quiero que me entiendas, que veas mi punto,” y no me importa la discordia que se va armando alrededor de eso. Es importante decir “No, la paz es más importante,” o “Después lo discutimos,” o “Voy a ceder porque quiero que haya paz en mi hogar.” Es muy difícil ceder en una discusión. A nosotros nos ha pasado que de repente entramos en una discusión y se va la paz. Quiero decirte que la paz se puede ir. Es un regalo de Dios, es un fruto del Espíritu Santo, y cuando entristecemos al Espíritu Santo esa paz se va. Entonces, ¿de qué te sirve ganar un pleito si pierdes la paz en tu casa?


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Hogares de Paz – Luis y Kristen Román

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