La Biblia es más que una fuente de consuelo o guía, es una de las maneras en que Dios se hace presente para nosotros.
Algunas veces es difícil recordar cómo podíamos sobrevivir antes de que existieran los teléfonos inteligentes y las tabletas. Con tanta información al alcance de la mano, podemos encontrar al instante estadísticas deportivas, respuestas a preguntas triviales, e incluso llegadas y salidas de vuelos. Pero, en realidad, el anhelo de conocimiento es un problema antiguo. En los días de los profetas, la gente deseaba más información y conocimientos de los que tenían a su disposición.
La plenitud del plan de Dios aún no se había revelado, pero las personas confiaban en su Palabra, pues confiar en la Palabra de Dios era confiar en Dios mismo. Es posible —y necesario— vivir de la misma manera en la actualidad. La Biblia es más que una fuente de consuelo o guía, es una de las maneras en que Dios permanece presente para nosotros a lo largo de la vida, y cumple su promesa de que nunca nos dejará ni desamparará.
PIENSE EN ESTO
Muchos hemos escuchado la frase hablar no cuesta nada, pero ¿cómo valoramos una palabra o frase de verdad?
Imagínese lo que sería no saber que Cristo fue el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. ¿Sería fácil confiar en la Palabra de Dios? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
Devocional original de Ministerios En Contacto