La sabiduría que le agrada a Dios es la capacidad de ver las cosas desde el punto de vista del Señor, y responder de acuerdo a los principios bíblicos.
Proverbios 4.5-10
Vivimos en la era de la información, donde las noticias aparecen en nuestros teléfonos celulares, y se puede asistir a la universidad por Internet. Pero he notado que aunque hay abundancia de información dando vueltas, no hay mucha sabiduría. La sabiduría que le agrada a Dios es la capacidad de ver las cosas desde el punto de vista del Señor, y responder de acuerdo a los principios bíblicos. Esta sabiduría no es una característica natural, pero puede desarrollarse con el tiempo mediante la práctica y la oración.
Según el juicio de Dios, la sabiduría es un tesoro valioso (Pr 8.11). Los creyentes necesitamos la perspectiva y los principios divinos para tener una vida abundante y de obediencia; por eso, adquirir sabiduría no es una sugerencia sino una orden (Pr 4.5). Recordemos la “fiebre del oro” del siglo XIX en los Estados Unidos. Las personas arriesgaban sus vidas en una búsqueda temeraria de riqueza. La sabiduría vale mucho más que cualquier metal precioso.
Proverbios 8.17 (LBLA) personifica la sabiduría que dice: “Amo a los que me aman, y los que me busquen con diligencia me hallarán”. Dios se encargará de que los creyentes que persigan la sabiduría la adquieran. Además, cuando el deseo de nuestro corazón tiene valor duradero, recibimos algo más: conocimiento, prudencia y discreción (Pr 8.12). El rey Salomón, el hombre más sabio de su tiempo, escribió acerca de la importancia de adquirir sabiduría (Pr 4.7). Tome la decisión de enfocarse en este gran tesoro. Al estudiar la Palabra, busque la voluntad del Señor; al poner por obra sus principios, Dios derramará sabiduría en su mente y en su espíritu.
Devocional original de Ministerios En Contacto