Dios quiere que usted le dé lo mejor, porque Él le está dando lo mejor.

Juan 14.15

Para un sermón que prediqué hace varios años, escribí una lista de puntos y lo titulé “La evolución de la pasión por obedecer a Dios”. Esa pasión no surge completamente en el momento de la salvación. Es verdad que iniciamos nuestra nueva vida en Cristo con el deseo de agradarle; pero eso no incluye el obedecerlo, sino que la búsqueda resuelta e intensa de su voluntad se desarrolla más lentamente.

De hecho, la primera etapa —el temor a las consecuencias de la desobediencia— escasamente se considera como temor a Dios. Pero al avanzar en nuestra fe y al comprometernos a obedecerle, llegamos con el tiempo a la etapa final, que es el amor y la devoción a Cristo.

Ir de la primera etapa a la última comienza con lo que usted puede esperar: un conocimiento mayor de Jesucristo. A medida que profundizamos en la Palabra descubrimos quién es Él y cómo es su corazón, así que comenzamos a confiar en que proveerá para nosotros. Personas como María, Moisés, David y Pablo no estuvieron satisfechos con lo que el mundo podía ofrecerles, ni tampoco lo estaremos nosotros cuando seamos testigos de la obra de Dios. Reconoceremos la sabiduría de obedecer a nuestro Padre celestial —no solo por las bendiciones que ha prometido, sino porque Él sabe qué es lo mejor para nosotros y nos ama.

¿Se encuentra usted entre el temor y la devoción a Dios? Tengo la esperanza de que se haya comprometido a obedecer a Dios y de que esté leyendo la Palabra cada día. Dios quiere que usted le dé lo mejor, porque Él le está dando lo mejor.

Devocional original de Ministerios En Contacto

La pasión por obedecer

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