La próxima vez que enfrente problemas, recuerde que Dios quiere que sepa que su salvación es genuina.
1 Pedro 1.6-9
A nadie le gusta la adversidad. Pero si usted es creyente, las dificultades y el sufrimiento son valiosos porque pueden fortalecer su fe y demostrar que ella es genuina. Por desgracia, muchos fieles hoy se preguntan si recibieron la salvación de verdad. Incluso las garantías bíblicas de seguridad eterna pueden no dar consuelo a las personas que no están seguras de ser salvas. Utilizando una ilustración de la semilla sembrada en diferentes tipos de suelo (Mt 13.18-23), el Señor contó una parábola acerca de varias reacciones ante el mensaje del evangelio. Describió uno de los suelos como rocoso, comparándolo con alguien que al comienzo recibe la buena nueva con alegría. Pero al encontrarse con pruebas se aleja, porque la confianza superficial en Cristo a menudo se desvanece cuando es puesta a prueba por las dificultades.
Por el contrario, Pedro dice que cuando los creyentes fieles se ven acosados por las pruebas y permanecen firmes en Cristo, su fe demuestra ser genuina. El resultado es la confianza en su salvación, y con cada nueva prueba, crecen la seguridad y la confianza en Cristo. Su perseverancia continua es el fruto de la salvación, que demuestra que permanecen en Él (Jn 15.5). Por eso podemos regocijarnos aun en nuestros sufrimientos, porque a través de ellos Dios nos asegura nuestra salvación y nos conforma a su imagen. Saber esto debe darnos esperanza y aliento para avanzar en el proceso de santificación, porque tenemos confianza en que nuestra salvación se perfeccionará con la resurrección de nuestros cuerpos. La próxima vez que enfrente problemas, recuerde que Dios quiere que sepa que su salvación es genuina. Así que, aférrese a Cristo y siga confiando en Él.
Devocional original de Ministerios En Contacto