Dios quiere prosperar a su pueblo, tanto en lo espiritual como en lo material.
Proverbios 3.1-4
El mundo asegura que hay muchos caminos para alcanzar una vida exitosa y satisfactoria: educación, riqueza, reconocimiento público o incluso servicio. Pero, al final, la satisfacción verdadera proviene del Señor y de obedecer su Palabra.
Proverbios nos dice que cuando decidimos alinear nuestro corazón con la verdad del Señor, encontramos “el favor de Dios y [tenemos] buena fama entre la gente” (3.4 NVI). No solo tendremos protección, guía clara y cercanía con el Padre, sino que también recibiremos poder divino para andar con sabiduría.
La sabiduría —que es la comprensión de la perspectiva de Dios en las situaciones, y la reacción apropiada ante ellas— nos proporciona las fuerzas para permanecer firmes en la fe y obedecer la voluntad de Dios. También nos ayuda a aceptar las vicisitudes de la vida. Nuestro Dios soberano conoce la magnitud de nuestras dificultades. Sin embargo, por el amor que nos tiene, nunca nos da más de lo que somos capaces de manejar, y utiliza incluso nuestras horas más sombrías para sus misericordiosos propósitos. La persona sabia está convencida de que esto es cierto, pues disfruta de la paz sobrenatural y vive bendecido por el Señor (Pr 8.34, 35; Fil 4.7).
Dios quiere prosperar a su pueblo, tanto en lo espiritual como en lo material. Por esa razón, su prioridad fundamental es aumentar nuestra comprensión de Él. Luego, cuando armonizamos nuestro corazón con su sabiduría y su voluntad, podemos aplicar sus principios no solo a nuestras finanzas, sino además a todas las facetas de la vida.
El Señor está dispuesto a derramar bendiciones sobre quienes se acercan a Él y se someten a su voluntad.
Devocional original de Ministerios En Contacto