El conocimiento de Dios, la guía clara y protección divina no provienen de la sabiduría humana.
Proverbios 3.13-18
La sabiduría humana es irrelevante a los ojos del Señor. La verdad es que lo “insensato” de Dios es más sabio que la sabiduría del hombre (1 Co 1.25). Aunque puede parecer arriesgado dejar de lado nuestro razonamiento para buscar al Señor, los beneficios de conducirnos conforme a su sabiduría son grandes.
La primera bendición es un mayor conocimiento de Dios. Cuanto mejor conozcamos su naturaleza, más comprenderemos su perspectiva, más nos daremos cuenta de dónde está trabajando y más capaces seremos de responder adecuadamente a las circunstancias de la vida.
La segunda bendición es que recibimos guía clara. Dios lo ve todo —su perspectiva es eterna, y cada decisión suya es correcta. Él sabe exactamente lo que se necesita para cumplir su voluntad en nuestra vida y para resolver los problemas que enfrentamos, haciéndonos más parecidos a Cristo.
El tercer beneficio es la protección divina. Como nos dice Proverbios 28.26: “El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría será librado”. No debemos confiar en nuestras emociones, las cuales son fácilmente influenciadas por el pecado. Tampoco podemos confiar en las opiniones del mundo. La protección de la sabiduría viene cuando tenemos un espíritu de discernimiento —uno sensible al propósito y a la voluntad del Señor para nuestra vida. Con tal espíritu, tenemos una mejor comprensión de lo invisible y de lo inexplicable, porque nada está oculto del Espíritu de Dios.
El conocimiento de Dios, la guía clara y protección divina no provienen de la sabiduría humana. Solamente del Padre celestial, y Él los da libremente a todos los que creen.
Devocional original de Ministerios En Contacto