“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9:35-38
La iglesia de hoy, cuando ora, pide todo lo contrario; la gente ora para que haya un avivamiento y la cosecha de almas llegue por su cuenta a los caminos del Señor. Pero Jesús oraba, no para que se convirtieran las almas, sino para que hubiese obreros que recogieran la cosecha de almas. La oración de Jesús era para que hubiese un grupo de personas que atendiera a la multitud que necesitaba de Jesús. La cosecha de almas ya está lista, pero no hay obreros suficientes para recogerla. ¿Cuál cosecha? La gente que está desamparada y dispersa allá afuera, gente que va de lugar en lugar. Si hubiese obreros, la cosecha de almas salvas sería innumerable. Pero la iglesia quiere dejarle todo el trabajo a Dios, pidiéndole que traiga a la gente a la iglesia.
¿Cómo tu vida cambiaría si sintieras el dolor del mundo?
La base para que haya más obreros es la compasión. A través de la compasión, podrás ver al mundo y lo mucho que necesita de Jesús. Cuando mires al mundo con compasión, dejarás de pelear, batallar, chismear, y recibirás la capacidad de mirar a un mundo más allá de tus necesidades, y verás cuánto necesitan de Jesús.
Tener poder sin compasión es abuso; evangelizar sin compasión es tratar de adoctrinar; discipular sin compasión es tratar de cambiar el comportamiento de alguien, obligándolo a ser algo que no es. Tú gozas de tu fe en Cristo porque Él se compadeció de ti, te amó y se entregó en la cruz del Calvario. Muchos cristianos, para establecer sus puntos, lo que demuestran es un coraje interno en vez de usar la compasión. No hay arma más grande que desarme el corazón de alguien que el poder del amor. No hay nadie que se resista a una expresión de amor, al poderoso amor de Jesús.
La clave de la compasión es lograr mirar al mundo con la conciencia de que a ellos les falta algo que ya tú has encontrado. En los pasados cinco a diez años, el grado de compasión en la sociedad ha disminuido a más de 50%. Gracias a las redes sociales, las personas han tendido a comparar la compasión con la simpatía, pero estas son muy diferentes. Las redes sociales son un tributo al ego porque, en vez de conectar a las personas, se han convertido en un instrumento para dejarle saber a todos lo que está pasando en sus vidas. Cuando piensas solo en ti, comienzas a pensar y a ver que el mundo se torna en tu contra, lo que no te permite ponerte en los zapatos de los demás. En ocasiones, el evangelio lo utiliza de esta misma manera. Viven pensando que el mundo gira alrededor de ellos, que todo lo que sucede y hacen los demás lo hacen por ellos. No se dan cuenta que, cuando se es hijo de Dios, se está en la tierra para mirar a la gente con los ojos de Cristo, supliendo su necesidad, para que sepan que verdaderamente importan para alguien y que se les ama.
Pendiente a la opinión de los demás, en referencia a tu persona, comienzas a perder la sensibilidad del corazón hacia los demás. Debes crear realmente un corazón de compasión, que puedas mirar a todos alrededor y pedirle al Señor que abra tus ojos espirituales para que puedas ver lo que le está pasando a tu hermano, a tu amigo. Que puedas entender que, cuando alguien tiene coraje, no es porque tenga una mala actitud, sino que también puede provenir del cansancio porque no ha dormido bien por los problemas que pueda tener. En vez de juzgar y criticar a tu hermano por cómo actuó, intenta ponerte en sus zapatos y suplir su necesidad. Actuando de esta manera, puedes provocar que quizás tenga un mejor día y que su actitud cambie.
¿Cómo tu vida cambiaría si sintieras el dolor del mundo? Se está tan encerrado en los problemas propios que se pierde de vista que el evangelio se tiene que hacer a través de la compasión. Jesús desató su poder por la compasión; por compasión, hizo lo que hizo. Todo lo que Él pide es gente como tú, que entienda que el trabajo de evangelizar y ganar almas no es para llenar un templo, sino porque solo Él puede hacer la diferencia en la vida de todos. El día que puedas sentir el dolor de otros, de seguro tu vida cambiará para siempre. Tu vida cambiará para siempre, cuando puedas ver lo que están viviendo aquellos que están a tu alrededor. Proponte, desde hoy, ver al mundo entero con compasión.
PASTOR OTONIEL FONT
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