El Espíritu Santo es nuestro guía fiel que promete mostrarnos a Dios.

Juan 14.15-17

Tener un amigo fiel es una de las mayores bendiciones de Dios. No importa lo que esté pasando en su vida, puede contar con que esa persona estará a su lado. Sin embargo, no hay garantía de que no perderá a ese amigo. Circunstancias inevitables como la mudanza, la enfermedad o la muerte pueden llevarse a su compañero, pero si usted es cristiano, tiene un amigo que nunca le abandonará. Ese amigo es el Espíritu Santo, a quien el Señor llamó Consolador o Ayudador. No es un amigo que entra y sale de nuestra vida cuando le conviene. Cuando Él viene a morar en nuestro ser se queda para siempre (Jn 14.16).

En la mayoría de las relaciones humanas, tratamos de evitar el uso de afirmaciones negativas como: “Siempre llegas tarde” o positivas como: “Siempre puedo contar contigo”. Sin embargo, en el caso de las positivas, son declaraciones apropiadas cuando se aplican al Espíritu Santo. Observe cómo lo describió el Señor Jesús:
 “Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn 14.26).
 “Él dará testimonio acerca de mí” (Jn 15.26).
 “Él os guiará a toda la verdad” (Jn 16.13).
 “Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Jn 16.15).

A lo largo de las epístolas del Nuevo Testamento, encontramos más descripciones de este maravilloso compañero. Su ministerio en nuestra vida es diverso, y sus logros en y a través de nosotros son muchos. ¡Cuán ricos somos al tener el Espíritu Santo!. Él es un amigo más unido que un hermano.

Devocional original de Ministerios En Contacto

Nuestro compañero incomparable

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