Las personas con corazones sensibles se inclinan a permanecer conectadas con el Cuerpo de Cristo, y buscan edificar y animar a los demás.
Ezequiel 36.22-32
El Señor quiere darnos un “corazón de carne” para que seamos receptivos. Un corazón blando puede ser moldeado por Dios, como el trozo de arcilla que permite al alfarero dar forma a la vasija. Y a quienes han aceptado y obedecido lo antes dicho, el Espíritu Santo puede continuar dándoles sabiduría y conocimiento.
La resistencia a Dios causará endurecimiento, pero quienes se someten siempre a Él se ocupan con rapidez de su pecado y regresan al punto de obediencia y bendición. Cuando nos rendimos a los impulsos del Espíritu, nuestro corazón se vuelve cada vez más flexible y sensible a la dirección de Dios. El Señor puede entonces darnos una mayor comprensión de su Palabra.
Las personas con corazones sensibles se inclinan a permanecer conectadas con el Cuerpo de Cristo, y buscan edificar y animar a los demás. Tales personas no solo son receptivas a lo que Dios quiere decirles; también están dispuestas a escuchar y a ser corregidas por otros.
Esta semana, al leer su Biblia y orar, abra su corazón a las palabras de Dios. Escuche sus instrucciones y confíe en el poder del Espíritu para ayudarle a someterse. Deje que el Señor le transforme en una vasija hermosa.
Devocional original de Ministerios En Contacto