Versículo:
Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. (Proverbios 3:5-6 NTV)

Todos los días debes tomar decisiones. Algunas más importantes que otras, pero trascendentales al final. El hecho de escoger la ropa que vas a ponerte, lo que vas a comer y qué película ver no es tan importante si lo comparas con decisiones que tengan que ver con la persona que te casarás, el lugar donde vas a estudiar, el trabajo al que debes aplicar, entre otras cosas. Más aún si son decisiones que tengan repercusión en la eternidad.

Vives en una cultura que te ha prometido siempre que “tú puedes hacer cualquier cosa”. El buen Dr. Seuss lo describió de esta manera: “Tienes cerebro en la cabeza. Tienes pies en los zapatos. Puedes encaminarte hacia cualquier dirección que elijas. Estás solo. Y sabes lo que sabes. Y eres tú quien decidirá adónde ir.” Aunque la frase anterior es cierta, en la realidad tomar decisiones importantes puede resultar más difícil de lo que parece.

Un universo ilimitado de opciones no es un regalo ni una oportunidad de soñar; es abrumador. Paralizante. E incierto. No puedes hacerlo todo. El futuro no es un horizonte sin fin delante de ti; no puedes ir sencillamente a cualquier dirección.

Parece pesimista, ¿cierto? Pero cuando comienzas a tomar en cuenta el país donde vives, tus recursos económicos, tu preparación, tus habilidades y otros factores importantes, el panorama cambia un poco y te das cuenta que no es tan amplio como creías.

El mar abierto es hermoso de contemplar, pero terrorífico si tienes que navegar por él en un pequeño barco. Dios nos coloca en un contexto, con aptitudes y recursos limitados y eso es inmensamente generoso.

Cuando te enfrentas a un mundo de decisiones importantes que debes tomar sentirás que te desgastas lentamente si lo haces confiando en tu propio criterio y sentido común. En el peor de los casos, puedes equivocarte gravemente.

Muchos jóvenes sufren hoy en día las consecuencias de malas decisiones que tomaron en el pasado. Jamás pensaron que una pequeña decisión tuviera tanta secuela ahora. Si tuvieran la oportunidad de cambiar algo en su vida, cambiarían el momento preciso cuando decidieron mal y precipitadamente.

Si no sabes qué decisión tomar en este momento y no quieres equivocarte de camino, te invito a ver lo que la Palabra de Dios te aconseja. En Proverbios 3:5-6 encuentras una de las mejores lecciones que existen y es confiar plenamente en el Señor más que en tu propio razonamiento, tenerlo en cuenta hasta en las pequeñas decisiones y siempre buscar Su voluntad. Dios promete guiar por el camino correcto a todos los que hacen esto.

Devocional basado en el libro “Mata a tu león” de John y Sam Eldredge. Descarga una muestra gratis del libro aquí: Grupo Nelson.

Pequeñas decisiones – John y Sam Eldredge

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