“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” Josué 1:5
Había en Israel un pueblo enemigo que siempre los acosaba y desafiaba. Eran los filisteos. De entre su ejército, se destacaba un guerrero que se imponía en altura y soberbia actitud. Su nombre era Goliat. Con sus palabras intimidaba a todo el ejército de Israel y los desafiaba cada día. Su actitud los humillaba pero nadie tenía el coraje para enfrentarlo. Hasta que apareció David. Este pastorcito de ovejas, en realidad había aprovechado bien su tiempo de pastoreo entrenándose contra osos y leones cuando su rebaño era atacado. Pero más aún era su profunda confianza en el Señor. ¡No podía permitir las palabras humillantes contra Dios y, no hacer nada al respecto! Por tanto, tomó su honda y unas piedras y se aventuró confiado contra Goliat sabiendo que Dios estaba con él. Así como con Josué, David vivió la cobertura espiritual y liberó a su pueblo (1 Samuel 17). El diablo a menudo, aunque se sabe derrotado, se muestra haciendo alardes de grandeza y fingiendo que tus oraciones no le hacen daño. Te hace creer que por más que ores, perdones o perseveres, nada va a cambiar. Pero lo cierto es que tus oraciones en el nombre de Jesús, están minando su resistencia y tiene que soltar aquello que ya no le pertenece. Si has creído, entonces eres parte del ejército más poderoso, Jesús dijo claramente: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10:19).
Potestad
La autoridad que Jesús obtuvo del Padre y a través de su entrega perfecta (Mateo 28:18, Lucas 4:6), es la misma autoridad que nos da a quienes estamos llamados a seguir su obra en la tierra. Esto no es poca cosa, puesto que si recordamos su entrega en los días de la Pascua, podremos vivir una vida de victoria entendiendo que en nuestro corazón habita quien ha vencido a la misma muerte!! (Hechos 2:24) Jesús tiene autoridad, potestad sobre todo lo creado; pero no para vivir de acuerdo a las reglas de este mundo, sino de acuerdo al Reino de los Cielos (Romanos 12:2)
Protección
Así como Jesús hablaba de que aún lo peligroso de este tiempo no nos haría daño, en realidad no nos dice que nunca vamos a tener problemas, sino más bien que vamos a poder salir de cada situación (1 Cor 10:13, Juan 16:33). Él mismo tuvo que sufrir en la cruz, sin embargo, hoy no está angustiado por los dolores… sino que ¡disfruta su gloria eterna y celestial! De la misma manera, el Señor anhela que pongamos nuestra mirada en su ejemplo e imitemos su camino.
¡Es hora de proclamar la autoridad de Cristo! Es hora de vivir con autoridad sobre las huestes espirituales.
Detrás de situaciones de conflicto y enemistad, el enemigo se mueve para generar caos, confusión y ruina. Pero, en el nombre de Jesús, tú tienes poder para vencer. Persevera en oración hasta lograr el objetivo y no recibas las mentiras del enemigo. No podrá hacerte frente, puesto que a tu lado está el Señor como poderoso gigante! Por tanto, Dios te envía a predicar, perdonar e impactar con amor. Allí donde vayas, Él estará a tu lado. Pero tu comisión no es para un mundo sin problemas, sino más bien, a un campo de batalla donde es necesaria la fe y la perseverancia. Sin dudas, que la guerra ya está ganada. ¡Anímate y avanza hacia lo que Dios ha dispuesto para ti! ¡Así como David, tú tienes poder para vencer!
Devocional original de Claudio Freidzon