Sabiduría no es solo tener la información correcta; es la capacidad de percibir lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo mejor.
Proverbios 4.10-27
A veces, la vida parece un laberinto de opciones, y no sabemos qué camino elegir. Lo que necesitamos es la sabiduría de Dios para guiarnos. Nuestra primera fuente de conocimiento es su Palabra, aunque no es el fin. Con los preceptos bíblicos como base, Dios ofrece otras oportunidades que pueden ayudarnos a crecer en sabiduría.
Discernimiento. En vez de aceptar las ideas culturales, debemos comparar lo que escuchamos y vemos a nuestro alrededor, con lo que Dios ha dicho en su Palabra. Entonces reconoceremos el mal y el engaño para evitarlos.
Observación. Al observar las acciones de las personas temerosas de Dios y de las impías, ganamos sabiduría. Al ver sus errores y sus éxitos, así como nuestro propio pasado, asimilamos las bendiciones de la obediencia y las consecuencias del pecado.
Consejo piadoso. El Señor algunas veces utilizará a otras personas para guiarnos (Pr 12.15). Ya sea que nos alienten o corrijan, podemos confiar en sus consejos cuando estén alineados con la Palabra de Dios y sean confirmados por la guía del Espíritu Santo.
Relaciones sabias. Hay un gran beneficio en pasar tiempo con personas que conocen al Señor (Pr 13.20). Antes de entablar una relación, debemos saber lo que las personas valoran. Cuando identificamos a las que demuestran sabiduría, podemos cultivar una relación con ellas e imitar su discernimiento.
Dios quiere que prestemos atención y seamos cuidadosos a la hora de escoger a nuestros amigos. Sabiduría no es solo tener la información correcta; es la capacidad de percibir lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo mejor.
Devocional original de Ministerios En Contacto