Si usted se compromete a vivir de acuerdo con sus convicciones, Dios le fortalecerá para que se mantenga firme, y le brindará consuelo en medio de cualquier sufrimiento.
Hechos 4.1-31
¿Están sus convicciones espirituales tan arraigadas que le protegen contra la tentación? Si es así, entonces ciertos problemas ya han sido resueltos en su corazón. Piense en lo beneficioso que es enfrentar ciertas situaciones en las que deberá elegir si debe obedecer a Dios, y no tener que luchar para decidir. ¿Por qué razón? Porque la decisión ya fue tomada. Una convicción firme hace que las decisiones sean fáciles, pues no hay que sopesar los pros y los contras de rendirse a la tentación. Los apóstoles Pedro y Juan son buenos ejemplos. Las amenazas no les impidieron hacer lo que el Señor les había ordenado. Por eso, vivir de acuerdo con nuestras convicciones requiere:
Compromiso con una causa más grande que nosotros. Es decir, el Señor Jesucristo. Al igual que los apóstoles, debemos sentir un amor por Cristo que supere cualquier interés personal.
Estar claros en cuanto a lo que creemos. No solo debemos estar convencidos de que la Palabra de Dios es verdadera; también debemos ser capaces de manejarla bien para enfrentar en la forma adecuada las tentaciones y los engaños.
Estar dispuestos a tener conflictos. Otros pueden reaccionar de manera negativa a nuestra obediencia.
Confianza en la soberanía de Dios. Él tiene el control absoluto de la situación, y obra para nuestro bien.
Si usted se compromete a vivir de acuerdo con sus convicciones, Dios le fortalecerá para que se mantenga firme, y le brindará consuelo en medio de cualquier sufrimiento.
Devocional original de Ministerios En Contacto