Con los ojos en el Señor y con confianza plena en el poder del Espíritu Santo, podemos andar por el camino de la obediencia y seguir a Cristo al dulce descanso que satisface el alma.
Jeremías 6.16, 17
Si usted es excursionista, sabe lo importante que es seguir las sendas marcadas en un territorio desconocido. Aventurarse por su propia cuenta puede llevarle a un desastre si se extravía y no puede encontrar el camino de regreso. Esto es parecido a lo que le sucedió a la nación de Judá. Se desviaron del Señor para tomar su propio camino y adoptar ídolos paganos. Como resultado, Dios le dijo al profeta Jeremías que les exhortara a volver a Él. Sin embargo, se negaron a escuchar y siguieron en la dirección incorrecta. Pero no debemos seguir sus pasos. El Señor nos guiará a su senda si prestamos atención a los mandamientos en Jeremías 6.16:
“Paraos en los caminos, y mirad”. A veces Dios utiliza los problemas para que abramos nuestros ojos y nos demos cuenta de que estamos en una encrucijada. Este es el momento de detenernos y sumergirnos en la Palabra de Dios para discernir el camino a seguir.
“Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino”. Los creyentes del pasado nos han dejado huellas para que las sigamos. Después de meditar en los Salmos y oraciones que nos ofrece la Biblia, debemos reflexionar sobre cómo tales peticiones revelan confianza en Dios.
“Andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”. Con los ojos en el Señor y con confianza plena en el poder del Espíritu Santo, podemos andar por el camino de la obediencia y seguir a Cristo al dulce descanso que satisface el alma.
Si usted no está seguro de la voluntad de Dios, evite adelantarse. Haga una pausa, siga las instrucciones de Jeremías, y confíe en que el Señor le mostrará el buen camino. Luego proceda a caminar.
Devocional original de Ministerios En Contacto