Moisés fue un hombre que gozó del favor o la gracia de Dios y, por tanto, su vida y sus deseos cambiaron.
Éxodo 33.12-17
¿Qué viene a su mente cuando escucha la palabra favor? Aunque usamos el término de varias maneras, tales como hacer algo para ayudar a una persona, o demostrar honra de alguna manera, el significado bíblico es mostrar amabilidad o aceptación. Como creyentes, hemos experimentado el favor de Dios como resultado de nuestra salvación. Pero el favor de Dios también obra en nosotros y nos transforma. Moisés fue un hombre que gozó del favor o la gracia de Dios y, por tanto, su vida y sus deseos cambiaron.
Moisés quería conocer los caminos de Dios para conocer a Dios
(Éxodo 33.12, 13). A lo largo de las Sagradas Escrituras, descubrimos cómo actúa el Señor en la vida de las personas, lo que Él desea, y cómo hace su voluntad en la historia de la humanidad. Como resultado, tenemos una comprensión más profunda de Dios, y lo amamos más.
Moisés deseaba la presencia de Dios (Éxodo 33.15). Cuando los israelitas pecaron al adorar a un becerro de oro, Dios dijo que aunque Él enviaría a su ángel delante de ellos a la tierra prometida, no iría con ellos (Éxodo 33.1-3). Pero Moisés no quería la protección y la provisión divinas sin la presencia del Señor.
Moisés quería que el favor de Dios fuera un testimonio para los demás
(Éxodo 33.16). Lo que hacía a Israel una nación especial y bendecida era su Dios. Sin Él, sería como cualquier otro pueblo de la Tierra.
No solo debemos luchar contra la tendencia a menospreciar el valor del favor de Dios; también debemos evitar desear sus bendiciones más que desearlo a Él. Piense en cómo el favor de Dios ha cambiado su vida: pertenecer, conocer y amarlo es muy superior a cualquier provisión material que Él pueda darnos.
Devocional original de Ministerios En Contacto