Depende del Espíritu Santo a la hora de decidir cómo proceder, cualquier otra conducta no conducirá a la vida plena y abundante que el Señor Jesucristo promete.
Génesis 16.1-6
¿Le ha dado Dios una visión que aún no se ha cumplido? ¿Le ha asignado una tarea que todavía está incompleta, aunque haya hecho todo lo que piensa que sea necesario?
Los períodos de espera a menudo nos preparan para los planes del Señor. Tal vez haya alguna aspereza que deba suavizar o una relación que Él desea restaurar antes de lograr lo que haya dispuesto. Él podría estar sondeando las profundidades de su fe, expandiendo las fronteras y demostrando su fidelidad. A veces, Él usará estos períodos de aridez para corregir, para alejar a un creyente de la rebelión y hacerlo volver a Dios.
Recuerde que siempre es sabio esperar en el Señor mientras nos prepara para sus respuestas. En esos momentos, debemos seguir orando y confiando, pero es vital abstenernos de actuar hasta que hayamos discernido la voluntad de Dios. Esto se aplica incluso a los consejos que hayamos buscado de otros creyentes; dichos consejos pueden ser útiles, pero siempre deben ser llevados al Señor para su confirmación antes de actuar.
Lo que no sea el plan de Dios hecho a la manera de Dios y en el tiempo de Dios, equivale a confiar en uno mismo. Dependa del Espíritu Santo a la hora de decidir cómo proceder, cualquier otra conducta no conducirá a la vida plena y abundante que el Señor Jesucristo promete.
Devocional original de Ministerios En Contacto