La obediencia es siempre la mejor opción, porque podemos confiar en nuestro amoroso y omnisciente Padre celestial.
Josué 6.1-14
Uno de mis himnos favoritos es “Para Andar con Jesús”, sobre la confianza y la obediencia, porque resume el propósito de Dios para nuestra vida. Cuando practicamos estos dos mandamientos, comienza un ciclo hermoso. Confiar en el Señor hace que la obediencia sea más fácil, y la obediencia produce una confianza cada vez mayor. ¿Recuerda haber enfrentado un desafío difícil o desconcertante? Si es así, sabe lo importantes que son estos dos mandamientos. Cuando el Señor le llame a una tarea que parezca sin sentido, tiene dos opciones: puede obedecerlo, aunque no entienda lo que sucederá o puede atemorizarse y tratar de encontrar una salida. Josué eligió la primera opción. Porque confió en el Señor, hizo caso omiso de toda su experiencia militar y adoptó el extraño plan de batalla de Dios. Él había aprendido con los años que el Señor era digno de confianza por completo.
La manera en que reaccionamos ante las tareas desafiantes de Dios, revela lo que creemos acerca de Él. Podemos sentir que estamos en sintonía con el Señor, hasta que nos propone un cambio de dirección. Es entonces cuando nuestra resistencia se activa, junto con la comprensión de que no estamos tan cerca de Él como pensamos. En ese momento, nuestra decisión determina si el Señor podrá usarnos como desea. Josué decidió que el camino del Señor era mejor que el suyo, y le sirvió por el resto de su vida. A veces, nos resulta difícil obedecer, ya que la mente considera todas las razones por las que el camino de Dios no es lógico. Pero la obediencia es siempre la mejor opción, porque podemos confiar en nuestro amoroso y omnisciente Padre celestial.
Devocional original de Ministerios En Contacto