Mateo 5.24 | Nueva Versión Internacional
«Ve primero y reconcíliate».
En ocasiones, la única manera de superar tus sentimientos heridos es buscando la reconciliación. Y si tienes la disposición, Dios te ayudará a hacerlo. George Eliot escribió: «Oh, el consuelo, el inefable consuelo de sentirse seguro con una persona; sin tener que pesar los pensamientos ni medir los dichos, sino expresarlos tal cual son, paja y grano juntos, al saber que una mano fiel los recogerá y los tamizará, entonces guardará lo que valga la pena guardar y, luego, con un hálito de bondad, hará desaparecer el resto». Un profesor universitario que estaba enseñando sobre el alto precio que se paga por la falta de perdón, le pidió a cada estudiante que trajera a clase un saco de papas. Por cada persona que se negaran a perdonar, tenían que escoger una papa y escribir en ella la fecha y el nombre de la persona. Luego, durante un mes, tenían que cargar el saco de papas adondequiera que fueran. Después de cargar aquellos sacos por un tiempo, cada estudiante comenzó a reconocer cuánto peso estaban cargando; la cantidad de energía que era necesaria para enfocarse en su saco y, además, tenían que tener cuidado de no dejarlo en el lugar equivocado. A la larga, según las papas comenzaron a podrirse y apestar, se dieron cuenta de que lo único inteligente que podían hacer era deshacerse de ellas. Una traducción libre de Juan 20.23 sería: «Jesús dijo: “Si perdonas los pecados de alguien, desaparecen para siempre. Si no lo haces… ¿qué harás con ellos?”». ¡Buena pregunta! ¿Te gustaría que Dios te perdonara de la misma forma en que tú perdonas a otros? Si ese pensamiento te incomoda, ¡haz algo al respecto!
En ocasiones, la única manera de superar tus sentimientos heridos es buscando la reconciliación. Y si tienes la disposición, Dios te ayudará a hacerlo.
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