El quebrantamiento es uno de los medios que Dios utiliza para ayudarnos a madurar.
Juan 12.23-28
La semilla que no se planta nunca producirá fruto. Por tanto, Cristo usó una semilla para ilustrar por qué tenía que morir para llevar a muchas personas a la gloria. Estaba enseñando un principio que también es cierto en nuestra vida: si nuestro objetivo es permanecer aislados, protegidos y cómodos, nunca tendremos el fruto que Dios desea. Es muriendo a uno mismo y quebrantando el orgullo y la autosuficiencia que llegamos a ser fructíferos y útiles para el Señor. El quebrantamiento es uno de los medios que Dios utiliza para ayudarnos a madurar. En ese proceso, podemos encontrarnos desafiados por:
Circunstancias que paralizan nuestra autosuficiencia.
Aspectos en los que no estamos sometidos a Él.
El tiempo de sus planes.
Si nos negamos a ser transformados, y nos aferramos a lo que Dios quiere que dejemos, ¿cómo puede usarnos para su reino? Al igual que el grano de trigo solo e intacto, seguiremos siendo improductivos. Con tanto en juego, ¿por qué nos resistimos a ser quebrantados? El problema suele ser nuestra dificultad para desprendernos de las cosas, las relaciones o los pasatiempos que disfrutamos, aun cuando sabemos que están atrofiando nuestro crecimiento espiritual. Preferimos tomar el camino fácil, y esperar que Dios nos bendiga de todos modos. No se distraiga por la felicidad a corto plazo; ese no es el camino a la madurez que Dios ha preparado para usted. Y recuerde, abundantes bendiciones le esperan si deja de tener el control, y le permite al Señor hacer lo que sea necesario para volverle fructífero.
Devocional original de Ministerios En Contacto