La clave para encontrar paz en la tormenta está en esperar solo en Dios.
Salmo 62.1-8
Cuando estamos en medio de una circunstancia difícil, nuestro instinto suele ser reaccionar con rapidez para cambiar las cosas; sin embargo, Dios nos suele pedir que esperemos.
Dé una mirada al pasaje de hoy. La palabra esperar tiene un sentido diferente aquí: significa “hacer una pausa para recibir más instrucciones”. No es pasividad; más bien, debemos tomar la decisión de detener nuestras acciones y escuchar la dirección de Dios. Algunas veces el Señor guarda silencio por un tiempo, pero con un propósito. Conoce el momento perfecto para que actuemos, y hasta que llegue ese momento, quiere que esperemos. Se necesita más fuerza y carácter para estar quieto en medio de una tormenta, que para buscar la solución.
Puedo decirle que, a veces, también espero con impaciencia. Ha habido momentos en que me he puesto nervioso, he cuestionado a Dios o me he quejado. Pero no es así como Él quiere que reaccionemos. El apóstol Pablo nos dice con toda claridad: “por nada estéis afanosos”, y que oremos al Señor, quien nos da paz (Fil 4.6, 7). Por eso, debemos hacer una pausa y confiar en la sabiduría, el amor, el poder y el tiempo de Dios.
La clave para encontrar paz en la tormenta está en esperar solo en Dios. Él escucha cada una de nuestras oraciones, y no podemos equivocarnos cuando confiamos en Él. Ore por paciencia y preste atención a la respuesta del Señor.
Devocional original de Ministerios En Contacto