A lo largo de los siglos, la Iglesia ha sido bombardeada con enseñanzas falsas.
Romanos 16.17, 18
A lo largo de los siglos, la Iglesia ha sido bombardeada con enseñanzas falsas. Puesto que la única manera de combatir el error es con la verdad, la Iglesia debe basarse en las Sagradas Escrituras para evitar ser víctima del engaño. La iglesia necesita un concepto preciso de Cristo. Para aferrarnos con firmeza a la verdad del evangelio, debemos tener un entendimiento sólido de quién es Cristo. Aunque algunos afirman que el Señor fue un maestro o profeta, la Biblia dice que fue Dios por completo, quien creó todo y vino al mundo para salvar a la humanidad de la condenación (Jn 1.1-13). Otros dicen que hay muchas maneras de llegar a Dios. Pero la reconciliación con Él requería que la pena del pecado fuera pagada por alguien que no pecara. Solo el Cristo, el Hijo perfecto del Hombre, podía cumplir con el requisito de Dios. Por lo tanto, nadie puede venir al Padre si no es por medio de Él (14.6).
La iglesia debe predicar la verdadera doctrina. Los falsos maestros pueden ser muy persuasivos y convencer con mentiras, palabras de confusión y desánimo. Sin embargo, la verdadera doctrina fortalece y alienta a los creyentes, asegurándoles que la salvación es por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo; no se gana ni se mantiene por los méritos propios (Ef 2.8, 9). Quienes pertenecen a Cristo nunca deben temer ser condenados, porque el castigo por sus pecados ha sido pagado (Ro 8. 1). Todo aquel que nace de nuevo tiene una herencia imperecedera, que está reservada en el cielo y protegida por el poder divino a través de la fe, hasta que Dios manifieste esa herencia (1 P 1.3-5). ¿Puede discernir la enseñanza falsa? La única manera de protegerse tanto a usted como a su iglesia, es estar cimentado con firmeza en la Palabra de Dios.
Devocional original de Ministerios En Contacto